10 septiembre 2007

Insulina, transgénicos y demagogia


En respuesta a una carta publicada en el diario El País, el jueves 26 de julio, que legitimaba los OMG (Organismos Modificados Genéticamente) en función de la producción de inuslina clonada, quisiera hacer las siguientes aclaraciones. La insulina transgénica mantiene la misma tasa de rechazo que la insulina proveniente de animales (cerdo): un 2% de diabéticos. Las únicas ventajas son económicas, para las multinacionales farmacéuticas. Sobre las especulaciones de una nueva insulina extraída de una planta modificada genéticamente, habrá que esperar resultados, pero dudo que resuelva el problema de la tasa del rechazo. Lo que es demagógico, pues es falso, es que los diabéticos de los países pobres no puedan acceder a la insulina, por problemas tecnológicos. El problema y los obstáculos son políticos (y tienen que ver con ello los mismos que fomentan los transgénicos).


No existe ninguna oposición fundamental a las plantas OMG. Lo que existe es una oposición a la puesta en funcionamiento de una tecnología, tan violentamente innovadora, ignorando el principio de precaución y dirigida sólo por los intereses de las compañías farmacéuticas y agroquímicas. Usar la lógica expectativa de mejora de unos enfermos, los diabéticos, es un ejemplo más de la demagogia insalubre que se usa para defender lo indefendible.

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