25 enero 2006

DIOS LOS CRIA Y ELLOS SE ENFRENTAN - [Reflexiones sobre el Estatuto Catalán]


Gregorio Peces-Barba ha escrito un artículo en el diario El País, hace algunos días, que con retraso he leído: “España como poder constituyente” (5-01-06). Así se titula y es todo un manifiesto de una de las versiones más amables y civilizadas del nacionalismo español. El artículo está escrito para demostrar la posibilidad de compatibilizar una nación cultural catalana inserta y dependiente en la gran nación política y constituyente que, según Peces-Barba, es España.
El artículo pretende ser una reflexión frente al nacionalismo catalán, pero no deja de ser, más que una reflexión, una definición normativa de raíz nacionalista española: la nación es España, y punto. Peces-Barba tiene tantas razones para proclamar la primacía constituyente de la nación española como el parlamento catalán para proclamar estatutariamente la nación catalana. Ninguna.
La invocación a la constitución es accidental, con respecto a la nación, pues el texto constitucional es ya algo constituido, mientras que España, la nación, es la fuerza que constituye (el poder constituyente): “La nación española es así, previa a la Constitución, la realidad fundante básica, el poder constituyente originario”. Pero, antes de la Constitución, lo que estaba no era la nación española, sino las Leyes Fundamentales del Movimiento Nacional, el Estado fascista y muchos sentimientos nacionales, en mayor o menor escala (español, catalán, vasco, andaluz, gallego, gitano). O, lo que es lo mismo, muchas naciones culturales, como dice Peces-Barba.
Aunque Peces-Barba pretenda desmarcarse del nacionalismo romántico esencialista, incurre de lleno en él, al presuponer una aprioricidad normativa y fáctica de la nación sobre la Constitución: : ” Todas las demás realidades reguladas en la Constitución, ordenación de los poderes, formas políticas del Estado, derechos fundamentales y autonomía de las nacionalidades y regiones son posteriores, dependen y han sido creadas por la Constitución. Sólo España es anterior.” Por el contrario, la nación política republicana se autoconstituye con la aprobación de la misma Constitución.
En esto se asemejan Peces-Baraba con los nacionalistas catalanes, que tampoco constituyen la nación catalana por medio del Estatuto, sólo la reconocen y proclaman, tanto en el preámbulo como en el articulado del Proyecto de Reforma del Estatuto: “Cataluña es una nación”. Para ellos, como para Peces-Barbas con España, “sólo Cataluña es anterior”.
Decía Artur Mas que los nacionalistas catalanes no estaban solos. Y tenía razón… les acompañan, en el fondo, los nacionalista españoles, como Peces-Barba y otros peores, como Jiménez Lozanitos, que escribía en el periódico El Mundo que España llevaba dos mil años siendo definida por su occidentalidad (cosa rigurosamente falsa, pues territorios bajo la corona de Castilla han estado situados muy lejos de occidente), la latinidad y el cristianismo (para el predicador de la COPE, España era cristiana antes de Cristo, ¡precocidades hispánicas…¡). Adoradores de ídolos distintos, pero adoradores, al fin y al cabo.

Francisco Garrido

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