(Carta)
Estimados compañeros y compañeras,
Esta tarde, martes 16 de noviembre, hemos votado negativamente los PGE del 2006, después de votar negativamente casi todas las secciones (a excepción de Asuntos Exteriores y Cooperación y de la abstención en Medio Ambiente). Este voto es el resultado de un proceso similar al del año pasado - ya que no ha sido atendida ninguna de las enmiendas propuestas por Los Verdes - y de unos Presupuestos claramente contrarios a los objetivos programáticos pactados entre el PSOE y LV.
Entre los argumentos que sostienen este voto negativo, quiero destacar:
- La no admisión de ninguna enmienda de Los Verdes a los PGE, incluidas las enmiendas territoriales presentadas por los compañeros y compañeras de Asturias, Canarias y Andalucía.
- La sensatez y moderación de estas enmiendas, que perseguían un giro ecológico posible y necesario en el contexto del modelo de desarrollo español, en políticas - casi inexistentes - de fomento de un sistema energético eficiente y renovable, en la agricultura ecológica, y en la inversión forestal y del I+D+I no militarizado.
- Los PGE del 2006 estaban diseñados sobre parámetros claramente insostenibles, que siguen incidiendo en un modelo de desarrollo basado en el consumo intensivo de recursos naturales y mano de obra barata (emigración), muy ineficiente (el menos eficiente de la UE), muy contaminante (la emisión de gases de efecto invernadero sigue creciendo y nos alejamos de Kyoto), con un alto nivel de dependencia energética (petróleo, gas, nucleares). Por el contrario, este modelo de desarrollo tiene un nivel de consumo de capital tecnológico muy bajo, un gran déficit en la balanza comercial exterior y un gradiente creciente de endeudamiento de las familias españolas.
- Entre los aspectos más negativos de la propuesta de PGE 2006 destacan:
. La mínima inversión en ahorro y eficiencia energética, energías renovables (no llega a los 100 millones de euros), inversión forestal o políticas de cambio climático y cumplimiento de Kyoto (la inversión se la lleva el espejismo de almacenamiento subterráneo de CO2 del CIEMAT).
. La nula previsión presupuestaria sobre el abandono de la energía nuclear, con inversiones en el ITER (proyecto de investigación de un reactor termo-nuclear de fusión).
. La falta absoluta (ni un solo euro) de inversión en agricultura y ganadería ecológica (un año más… Y van dos).
. La inversión en I+D militar, que asciende a 1.683 millones de euros (un 26 % del total de fondos destinados a investigación), con un crecimiento del 27% con respecto al 2005 (once veces más que todo lo destinado a eficiencia y energía renovables)
. El peso de la inversión del Ministerio de Fomento en autovías, autopistas y AVE ( más del 80%), sobre el ferrocarril convencional.
Esta situación ya ocurrió el año pasado y, por responsabilidad, decidimos votar positivamente. Pero con el compromiso de que en los PGE de 2006 no volvería a suceder una situación similar. Sin Embargo, lamentablemente, ha vuelto a repetirse.
Nuestras enmiendas no pretendían, lógicamente, cambiar radicalmente ni el modelo, ni los PGE del 2006, pero sí introducir algunos elementos de cambio, sobre sectores ecológicamente estratégicos (energía, agua, agricultura, masas forestales, investigación, fiscalidad) que ayudara a un progreso y gradual giro ecológico hacia la sostenibilidad.
Hemos votado NO, en coherencia, pues estos PGE ni son nuestros, ni se ha contado con nosotros. Estos PGE del 2006 nos alejan, cada vez más, del cumplimiento de Kyoto. Nuestro acuerdo con el PSOE sólo nos obliga a cumplir el Programa, y nunca a ningún tipo de lealtad amorfa y servil, por encima de nuestros objetivos políticos comunes y pactados.
Es importante, también, reseñar que otras fuerzas políticas, que juegan a la demagogia ecologista y radical, como ERC e IU, sí han votado favorablemente a estos PGE.
La situación es preocupante, y el acuerdo con el PSOE atraviesa un momento delicado, porque también atraviesa un mal momento la política ecológica del Gobierno. Baste recordar la ambigua posición del Gobierno sobre la energía nuclear o sobre el reglamento REACH. Pero nosotros queremos manifestar nuestra total disposición y compromiso con el gobierno de izquierda progresista, frente a los ataques de la derecha extrema - que es, hoy, el PP - y con el Grupo Parlamentario Socialista. Pero siempre sobre las bases de los objetivos políticos pactados, el diálogo y el reconocimiento mutuo.
Francisco Garrido Peña
Entre los argumentos que sostienen este voto negativo, quiero destacar:
- La no admisión de ninguna enmienda de Los Verdes a los PGE, incluidas las enmiendas territoriales presentadas por los compañeros y compañeras de Asturias, Canarias y Andalucía.
- La sensatez y moderación de estas enmiendas, que perseguían un giro ecológico posible y necesario en el contexto del modelo de desarrollo español, en políticas - casi inexistentes - de fomento de un sistema energético eficiente y renovable, en la agricultura ecológica, y en la inversión forestal y del I+D+I no militarizado.
- Los PGE del 2006 estaban diseñados sobre parámetros claramente insostenibles, que siguen incidiendo en un modelo de desarrollo basado en el consumo intensivo de recursos naturales y mano de obra barata (emigración), muy ineficiente (el menos eficiente de la UE), muy contaminante (la emisión de gases de efecto invernadero sigue creciendo y nos alejamos de Kyoto), con un alto nivel de dependencia energética (petróleo, gas, nucleares). Por el contrario, este modelo de desarrollo tiene un nivel de consumo de capital tecnológico muy bajo, un gran déficit en la balanza comercial exterior y un gradiente creciente de endeudamiento de las familias españolas.
- Entre los aspectos más negativos de la propuesta de PGE 2006 destacan:
. La mínima inversión en ahorro y eficiencia energética, energías renovables (no llega a los 100 millones de euros), inversión forestal o políticas de cambio climático y cumplimiento de Kyoto (la inversión se la lleva el espejismo de almacenamiento subterráneo de CO2 del CIEMAT).
. La nula previsión presupuestaria sobre el abandono de la energía nuclear, con inversiones en el ITER (proyecto de investigación de un reactor termo-nuclear de fusión).
. La falta absoluta (ni un solo euro) de inversión en agricultura y ganadería ecológica (un año más… Y van dos).
. La inversión en I+D militar, que asciende a 1.683 millones de euros (un 26 % del total de fondos destinados a investigación), con un crecimiento del 27% con respecto al 2005 (once veces más que todo lo destinado a eficiencia y energía renovables)
. El peso de la inversión del Ministerio de Fomento en autovías, autopistas y AVE ( más del 80%), sobre el ferrocarril convencional.
Esta situación ya ocurrió el año pasado y, por responsabilidad, decidimos votar positivamente. Pero con el compromiso de que en los PGE de 2006 no volvería a suceder una situación similar. Sin Embargo, lamentablemente, ha vuelto a repetirse.
Nuestras enmiendas no pretendían, lógicamente, cambiar radicalmente ni el modelo, ni los PGE del 2006, pero sí introducir algunos elementos de cambio, sobre sectores ecológicamente estratégicos (energía, agua, agricultura, masas forestales, investigación, fiscalidad) que ayudara a un progreso y gradual giro ecológico hacia la sostenibilidad.
Hemos votado NO, en coherencia, pues estos PGE ni son nuestros, ni se ha contado con nosotros. Estos PGE del 2006 nos alejan, cada vez más, del cumplimiento de Kyoto. Nuestro acuerdo con el PSOE sólo nos obliga a cumplir el Programa, y nunca a ningún tipo de lealtad amorfa y servil, por encima de nuestros objetivos políticos comunes y pactados.
Es importante, también, reseñar que otras fuerzas políticas, que juegan a la demagogia ecologista y radical, como ERC e IU, sí han votado favorablemente a estos PGE.
La situación es preocupante, y el acuerdo con el PSOE atraviesa un momento delicado, porque también atraviesa un mal momento la política ecológica del Gobierno. Baste recordar la ambigua posición del Gobierno sobre la energía nuclear o sobre el reglamento REACH. Pero nosotros queremos manifestar nuestra total disposición y compromiso con el gobierno de izquierda progresista, frente a los ataques de la derecha extrema - que es, hoy, el PP - y con el Grupo Parlamentario Socialista. Pero siempre sobre las bases de los objetivos políticos pactados, el diálogo y el reconocimiento mutuo.
Francisco Garrido Peña